Hazme tuya, por favor.â La levantó, pasando el brazo bajo su delicioso trasero respingón. No te preocupes si no hablan mucho contigo. Ella se estremeció ante su tacto, pero aún no se abrió a él. Créeme, he dejado muy claro que si alguien me interrumpe esta noche, le mataré. No he oÃdo nada. -Como no he tenido oportunidad de desayunar, he pedido que me envÃen algo al despacho, y me lo he tirado por encima. -Oh, sÃ. -Ella. -Lo siento. Maksim no hizo nada de eso. No le gustaba la comida. Si me hubieras dado más tiempo, quizás la respuesta habrÃa sido afirmativa, pero como me has obligado a contestar antes de estar preparado, es que no. Fue entonces cuando se dio cuenta de que no habÃa llegado a ver su tatuaje antes. âEstá bien. La habitación era de estilo minimalista. Se habÃa dejado la maldita de ropa en el cuarto de baño, pero no iba a regresar mientras él estuviera allÃ. Supongo que sus hombres tenÃan que ocuparse de mÃ. ¿Qué más puedes querer? -¿Quién es?- preguntó. â¿Cómo puedes hacernos esto, Maksim?â La tensión en su voz lo desgarraba por dentro. Este artículo ha sido visto 21 890 veces. ¿Te importarÃa hacernos una demostración? Vete. Erik la miró, divertido, mientras se llevaba su desayuno. -Danil- llamó. Era un asesino. -Los guardas han desaparecido. Y ¿cómo era posible que hubiera más habitaciones en el segundo piso? Se limitó a llevar su bolsa a un banco y sentarse. Sorprendido, Erik volvió la cabeza y le miró. No pasarÃa lo mismo con Ivan. -Damas- llamó en voz baja. ¿Cuál era el propósito de su vida? -No te lo eches por encima- dijo el hombre, con un marcado acento ruso. -Y me ha dicho que aún no has contestado a mi pregunta. Estaba vacÃo, por lo que hizo sonar el timbre. Su ruso no era muy bueno y le dolÃa tanto la cabeza que sentÃa ganas de vomitar. -¿Erik?- Ella se levantó despacio y se asomó sobre la barra del bar. WebDescubre en TikTok los videos cortos relacionados con como sacarte conejos del cuerpo. ¿No era entonces cuando Maksim empezaba a romper cosas y a gritar? â¡Es un criminal!â Maksim no se molestó en apartarse. âSerá como pintarte una diana en la espalda.â âComo si estar aquà no me convirtiera ya en un blanco,â replicó Maksim. Deslizando el dedo dentro de ella, lo dobló ligeramente para acariciar aquel delicado punto de placer, y su cuerpo se arqueó contra él. Por las pruebas y un buen polvo delante de ella, la tendrás sin agujeros de balas. âBaja,â le dijo Maksim. El sensual vestido rojo que llevaba acentúaba a la perfección sus curvas. Tal vez ni siquiera tengamos que saberlo.â Pensó en cómo serÃa quedarse dormida junto a aquel hombre y despertar a su lado cada mañana. Pero el dinero que estás ganando es para tu futuro. Observó cómo movÃa las caderas mientras se alejaba, y varios hombres giraron la cabeza para admirar sus curvas. El caso de un hombre de 28 años, identificado como Josh Hader, nos hace reflexionar sobre un hábito bastante común, pero que podría costarnos la vida. Llevaba esposas en las muñecas y le pitaban los oÃdos de los insultos que le lanzaban aquellos cabrones inútiles que se turnaban para hacer que se derrumbara. Erik se encontraba en la planta VIP vigilando lo que ocurrÃa abajo. Lo que sea que signifique. Toda la pared izquierda era un gigantesco acuario. -Ojalá no trabajaras tanto. ¡Lo habÃa visto! Esta noche tengo una reunión con él para hablar sobre los detalles. âPor eso somos leales a los Petrov.â âLo sé, Yuri. Cuando Ella volvió a alcanzar el orgasmo, él estalló en su interior. Erik levantó la mirada bruscamente. Pero Nika no sabÃa cómo retraer sus garras y relajarse. Así, 22 fracturas de pene fueron provocadas por esta postura. Probablemente porque no habÃa absolutamente nada en la expresión de Maksim que indicara que estaba allà de visita. Mientras Erik se dirigÃa a toda velocidad a un club en el que, por lo visto, altos funcionarios de su ciudad follaban y se drogaban para escapar de la realidad, Ella sólo podÃa concentrarse en una cosa. Erik tomó sus manos y le ayudó a subir a la silla. Cobrarás bastante más, y no interferirá con tu educación. -Mis salas están insonorizadas, son seguras y sin censura. Mientras la follaba lentamente con su dedo, Ella movÃa las caderas, intentando acelerar el ritmo. Causas del dolor de cuello. -Los conductores ya han llegado, por si quieres abrir la entrada VIP. Se supone que tienes que estar en la oficina. -En realidad, cuando era niño, querÃa ser el dueño de una tienda junto al océano- dijo, casi con melancolÃa. Contempló el agua agitándose junto a la orilla. He llegado unos minutos antes de llamarte. âPor favor, Nika. ¡Por favor! Nika se alejó enseguida de él. Estaba decorada con cortinas de volantes y muebles de mimbre blanco. -MÃrame, cariño. El joven vive … CapÃtulo Cuatro Después de tres dÃas con Nika en la casa franca, Maksim tenÃa ganas de matarla. Como en un sueño. Dile que es importante. Tamborileando sobre el escritorio con los dedos, Erik miró fijamente las imágenes. -¿Qué piensas? -Lo sé. -Quédate con lo que conoces. Ella, vámonos. âComo no me bajes, voy a vomitar sobre tu espalda.â El sonido que emitió Maksim mostraba claramente lo enfadado que estaba. En cuanto quieras, podrás ir a visitarlo.â âOh.â Nika deberÃa alegrarse más por ello, ¿no? Erik la soltó y Ella asintió con la cabeza. Se encontraba en una lujosa cama matrimonial con sábanas de satén y almohadas de plumas. Estaba revisando los e-mails de su familia en Rusia cuando Ella entró. Erik comenzó a pasear nerviosamente por el cuarto de baño. -¿Controlándome otra vez?- Pasó las manos por los húmedos mechones de pelo rubio y se quedó mirándola. Sacó con cuidado la lengua y lamió y chupó su sexo mientras Nika se retorcÃa en la cama. Ahora, su negocio era próspero y habÃan dado un paso más en su relación. âNi siquiera los Tretiak te culparÃan de huir al ver que han derribado a tus guardias.â El contable tenÃa el aspecto que Maksim imaginaba. La agarró, apretándola, y su gemido la hizo estremecerse de placer. Erik abrió un armario y sacó la salsa y la pasta. Sin duda, los policÃas habrÃan dejado de husmear en la tienda de su padre. Dámela.- Le quitó la caja de las manos y abrió varios armarios hasta que encontró una cazuela grande. Jadeando, Ella intentó desesperadamente ralentizar sus movimientos, pero la necesidad de desahogarse era más de lo que podÃa soportar. Secándose las lágrimas, se dio la vuelta y colocó la oreja en la puerta. -Sr. Chesnovak, qué sorpresa más agradable- dijo una atractiva rubia que se acercó contoneándose. -No te puedo enviar a ti. -Disfrutas con el dolor de la gente. -No tengo que dar explicaciones a nadie, pero, créeme, mis intenciones con Ella son cualquier cosa menos una señal de debilidad. âNo hago más que decirle que vendamos alguna de las casas, pero se niega. Su expresión era ilegible, aunque el ardor en su mirada era inconfundible. Sujetándole las manos por encima de la cabeza, la embistió una vez más y su cuerpo comenzó a dar sacudidas mientras derramaba su semilla dentro de ella. Pero necesitas comer. Maksim nunca era débil. Se quedó estupefacto al verlos. Es enorme.â La oferta envió un cosquilleo de emoción a su espina dorsal. Al parecer, habÃa terminado sus ejercicios de remo. âTe dije que no te alejaras de la casa. Sonaba aterrorizada, y sabÃa que era una mala idea, pero tenÃa que oÃrlo de su boca. No esperaban un ataque directo. Valeria puso los ojos en blanco. -Deja de discutir- rugió él, tirando de ella escaleras abajo. La paramédico examinó las marcas rojas de la cinta aislante. Aquel hombre era peligroso. -De lo que quiero hablar contigo no está en la oficina, y el tour puede esperar.- Se detuvo de repente y abrió una puerta. Y un placer puro y sin adulterar. -Valeria- dijo Erik en tono frÃo. Echando un vistazo por encima del hombro, Maksim le dirigió una mirada cargada de significado. -No lo sé. Nika Sokolov era mucho más compleja de lo que habÃa pensado en un principio. ¡FIN! Heather asintió con la cabeza y Ella tomó el vaso que habÃa junto a la cama, acercando la pajita a los labios de su madre. Si acabo rechazando tu oferta, tendré que conservar mi puesto. Erik se alejó de la puerta y sonrió socarronamente. Llevaba el pelo recogido en un moño, y parecÃa que no le quedaba energÃa. Heather volvió la cabeza y sonrió débilmente. Es un poco extraño, eso es todo. Nika se estremeció de placer. A menudo, cerraba los ojos tratando de imaginar espirales de palabras recorriendo el espacio entre sus hombros hasta subir por su cuello y llegar a la lÃnea marcada por el cuero cabelludo. Sólo una respuesta tenÃa sentido, y a Erik no le gustaba nada. Erik sabÃa que Matvei estaba afectado. Erik estaba apoyado contra el marco de la puerta. No servirÃa de nada. Maksim no miente. ¿Supongo que el sueldo no es de cien mil dólares al año?- Se sonrojó de inmediato. Sólo estoy un poco nerviosa. venÃa dispuesto a ofrecerte varios millones de dólares. -¿Te has enterado? Por favor. CapÃtulo Seis Nika entró en la casa arrastrando los pies y se dirigió a su habitación. Estaba dispuesto a renunciar a su arma más poderosa para salvar su vida, pero habÃa otra forma de conseguirlo. Sólo fue una muestra de lo que les puedo ofrecer. Allà tengo dinero, y hay algo que tengo que coger antes de que lo haga Yashin. -¡Por supuesto que me encantarÃa ayudarle! Porque no chantajean ni seducen a la gente cuando están en su peor momento, ¡y no me apuntan con jodidas armas! -No salgas del cuarto hasta que vuelva. -No era mi intención asustarte- dijo con una sonrisa encantadora. Y luego, algo igualmente familiar que la hizo estremecerse y sentir humedad entre las piernas. Si quieres romanticismo, no soy el hombre adecuado. Al apoyarse contra la puerta y cerrar los ojos, le faltó poco para quedarse dormida. -Ella, no es tu madre- le susurró Erik al oÃdo. âVoy a poseerte, Nika,â le dijo Maksim. Los cortos rizos rubios que protegÃan su sexo estaban húmedos por su flujo. No sabÃa nada de aquel hombre, y los desconocidos no regalan dinero. Todo el aliento la abandonó y se sintió indefensa frente a su cuerpo. Disgustada consigo misma, retiró la colcha y se levantó de la cama. Envolvió los brazos alrededor de su propio cuerpo en un intento por cubrir su desnudez. Sin embargo, cuando Maksim la dejó en el callejón a un bloque de distancia, echó a correr para llegar a casa. Cuando falté demasiados dÃas, la perdÃ. Katrina movió la cabeza de un lado a otro. Volviendo la cabeza ligeramente, Ella miró en dirección a su habitación, como si se sintiera tentada. â¿Dónde demonios estabas?â âEstamos aquÃ, en la casa. Estaban usando la oficina del gimnasio de Yuri como punto de encuentro. En su finca habÃa al menos trece mujeres en todo momento y, aunque no tenÃan marcas de golpes, según los rumores les arrancaba el alma. Yashin habrÃa tenido tiempo de sobra para matar a Leonid y regresar a Las Vegas, pero Erik creÃa que si hubiera sido él, se habrÃa quedado en San Diego para ser testigo de lo que ocurrirÃa después. Una reacción inapropiada ante el dolor, pero al fin y al cabo, emoción. -Dile que salga. A lo mejor puedes traer a tu apuesto jefe contigo, para que pueda deleitarme. TenÃa toda intención de casarme contigo, pero mi padre pensó que no picarÃas. Menudo garito tienes. No se parecÃa en nada a los que habÃa cerca de su casa: espacios modernos diseñados para ambos sexos de techos altos, mucha luz y un bar donde se servÃan batidos en la parte delantera, donde la gente quedaba después de entrenarse para charlar. Era una buena señal, y todo aquello harÃa que mereciera la pena. Aterrorizada, Ella se levantó corriendo y cogió sus pantalones. Es la mejor bendición que podría tener el poder alimentar a su bebé directamente de su cuerpo. -Eso es bueno. Algunas miradas se dirigieron hacia él, pero no se detuvo. -Es de jamón y queso. Valeria se puso en pie y sacudió la cabeza. Danil me ha informado de la situación. Agarró el libro y lo abrió, pero algo le seguÃa preocupando. â¿Eres capaz de callarte?â Nika hizo un sonido de pura indignación femenina y Maksim se dio cuenta de que su comentario solo le aportarÃa otra ampolla en la oreja. Nika apoyó los pies en el fondo de la bañera rozándose con su mano. La vio reflejada en el espejo sentada en el banco. SabÃa que se marcharÃan en cuanto volviera a la casa. Estoy cansado y me gustarÃa comer algo.â âCreo que vi una hamburgueserÃa grasienta hace kilómetro y medio.â Nika señaló la carretera. -SÃ. Erik sacudió la cabeza y se dirigió al ascensor, observándola. SentÃa lo mismo. En ciertos momentos de debilidad, la habÃa llamado, pero no habÃa dejado ningún mensaje. Era tan extraño pensar que habÃa pasado años de su vida haciendo precisamente aquello. Lo sacó del bolsillo y el corazón le dio un vuelco. TenÃa los cabellos rubios enrededados y manchados de sangre. En silencio, desayunó y escuchó la alborotadora conversación a su alrededor. -No te enfades con tus guardas. Erik puso los ojos en blanco. No habÃa vergüenza alguna en su mirada al dirigirse a su silla, pasarle una pierna por encima, y sentarse sobre él a horcajadas Ãl asió sus caderas para detenerla. El verdadero problema se dá cuando se provocan crujidos del cuello y la espalda, ya que al ser ejecutados de una manera brusca pueden lesionar algunos ligamentos y provocar esguinces e … Salud, Nutrición y Bienestar En un lenguaje sencillo y accesible. Cuando su respiración finalmente se niveló, Ella se relajó. -Damas- dijo Erik en tono suave, y las mujeres se colocaron detrás de él. Con cada embestida, le golpeaba las nalgas con los testÃculos una y otra vez. -¿Y estar allà cuando se dé cuenta de todo el dinero que tendrá que pagar?- Dijo Danil con una risita nerviosa. -No soy un caso benéfico. -Por favor, no te disculpes. Como Nika Sokolov. âPonte los zapatos,â le espetó. Sin esperar un instante, Maksim le hizo un corte en la garganta y cayó de rodillas. -Me tengo que ir. El único profesional que puede realizar estos movimientos es un especialista quiropráctico capacitado. El Sr. Taffey y el Sr. Chancellor están aquà por el mismo motivo. -No, estoy en el hospital- informó con cautela. Ella lo miró decepcionada, pero asintió. -Es Kielbasa, o salchichas. Con la mano se debe estirar el cuello, como muestra la imagen de abajo, hacia el lado derecho, izquierdo, hacia adelante y hacia atrás cada uno de los movimientos se debe realizar durante 30 segundos. Durante los últimos años, su vida no habÃa sido más que una lucha continua, y aquel hombre, palpitando dentro de ella, le estaba dando a probar la libertad. âMira el dolor y el sufrimiento que os he causado a tu padre y a ti. Ella rompió a llorar y le explicó lo que necesitaba. HabÃa tenido dos novios con anterioridad. Sólo quiero los documentos de nóminas de los Tretiak.â â¿Tienes idea de lo que me harán esos cabrones locos si te los doy?â La voz subió dos octavas solo de pensar en la represalia. La frÃa lógica reemplazó al enfado y Maksim supo exactamente lo que debÃa hacer. -Danil- se presentó. -Me estaba recordando a mà misma lo que tengo que hacer hoy- tartamudeó. Ella clavó las uñas en su piel y le miró enfurecida. Te ofrezco doblar tu fortuna. -¿Hay algún paciente en concreto con el que desea hablar?- preguntó el operador. Murmurando por lo bajo, Ella abrió la puerta. -¿Qué demonios estoy haciendo?- susurró. No querÃa ser ese hombre nunca más ni volver a ver el miedo en los ojos de Nika. ¿Sarah? -Joder, Ella- gimió. Tienes suficiente dinero como para que te dure el resto de tu vida, y eres demasiado viejo para que te importe lo que piense tu padre. El donante ha de someterse a algunas pruebas, pero la doctora está muy esperanzada. âQueremos empezar de cero, Katrina. Tanto si desean una belleza sensual como dulce para llevar del brazo, todas estas señoritas están a su disposición. No necesitamos a nadie más. Ahora no es más que una discoteca. CapÃtulo Uno Aquel hospital parecÃa concebido para que la gente se sintiera incómoda, con sus paredes blancas y estériles y sus rÃgidos e incómodos asientos azules. Cuando llamó a su madre el dÃa anterior, Heather estaba siendo sometida a más pruebas. âNika Sokolov, queda bajo arresto por conspiración.â Reynolds fue quien tomó la palabra. Siete pasos más. -¿Qué opinas de esa mujer? Y cuando estén convencidos de que no estoy aquÃ, se marcharán. Cuarenta y ocho horas era demasiado tiempo. Una operación que necesita para vivir. -Suena peligroso. Los guardas tenÃan que estar en alguna parte. -Sigue moviéndote. El pequeño ucraniano se situó entre la pared y la freidora. A menos que hayas cambiado de opinión. Maksim se volvió hacia Denis, sabiendo que verÃa reflejado en su rostro todo lo que sentÃa. Va a enviar refuerzos, asà que podremos volver a casa en un par de dÃas.- Erik dudó. Se enderezó y su expresión se volvió aún más seria. -Lo cierto es, Valeria, que no creo que la monogamia sea para mÃ. -Ha dejado muy claro que no lo soy. Katrina se encogió de hombros. Todas cogieron sus abrigos y salieron de la sala en silencio. Estoy seguro de que podremos llegar a algún tipo de acuerdo. Volveré más tarde. â¿Qué pasa con mis cosas?â Maksim sintió un placer perverso en aquel momento. Muchos estaban allà sólo para almorzar, aunque lanzaban miradas curiosas a la sala trasera. Me han ofrecido un trabajo. Estaba tan enfadado que no se dignaba a mirarla, asà que Nika decidió contemplar el paisaje por la ventana durante todo el trayecto de vuelta a la casa de la playa. Además, ¿qué pasarÃa si no le satisfacÃa? â¿Tiene idea de lo difÃcil que es vivir a la sombra de un hermano como le ocurre a Nika? â¿Maksim?â Su voz sonó ronca y no quiso imaginar el motivo. En su rostro no habÃa ni rastro de maquillaje y tenÃa unas enormes ojeras. Trató de apartar el problema de la mente. âNena, creo que podrÃas hacer lo que quisieras sin problemas.â Le acarició el cuello con la nariz, dándole un beso. Llegados a ese punto, solo querÃa ver si su padre estaba bien y descansar en alguna parte. Erik levantó la cabeza para decirle a quien quiera que fuera que le dejaran en paz, pero el hechizo se habÃa roto. Ahora que sabÃan que estaban en buena compañÃa, se sentÃan más confiados. Aquellas palabras eran su mantra. -¡Sr. 13 Aprendizaje en torno al Covid-19 … Frustrada, golpeó el salpicadero con las manos. Ãl le dedicó una sonrisa ladina. Ladeó la cabeza y agitó el arma. QuerÃa demostrarle que se le daban muy bien varias posturas, pero cuando él sonrió, tuvo la sensación de que sabÃa lo que estaba pensando. Erik conocÃa la reputación de Yashin con las mujeres. CapÃtulo Doce A Nika le resultó casi imposible volver al trabajo tras su pequeña discusión con Maksim. ¿Manipular mi vida para estar cerca de ti? Es leal a Ivan y él protege a la gente de su territorio.â â¿Por qué vinieron esos policÃas?â Nika se preguntaba hasta dónde sabÃa su hermana. La acarició, disfrutando al ver su respuesta. â¡Nika Sokolov!â Un hombre de baja estatura dio un paso al frente. -¿En tu dormitorio?- susurró ella. â¿Que qué has hecho, Maksim? -Haz lo que digo- ordenó. Se hizo el silencio. He estado leyendo unos cuantos libros sobre eso. Antes de que pudiese detenerla, le atrapó en su boca, recorriendo con la lengua la base de su erección. âTiene más pinta de ir de cabeza hacia la amenaza y tratar de someterla.â â¡Lo sabÃa! Se metió en el agua caliente, hundiéndose hasta el cuello. -¿Es atractivo?- Su madre sonaba interesada, y más alerta. -La única razón por la que lo sigues haciendo es porque te gusta hacer daño a la gente. ¿HabÃa arrepentimiento en su tono? Ejerciendo una suave presión en su clÃtoris, le dio justo lo que necesitaba para alcanzar un fuerte orgasmo. â¿Vamos a contarle nuestro plan a las mujeres?â âClaro, pero recuérdame que me ponga a una distancia prudencial,â dijo Maksim con tono lúgubre. Ambos sabemos que está dejando que se interpongan sus emociones, y no puedo evitar pensar que está dispuesta a matar a la mujer, tanto si consigue las pruebas como si no. -Quiero que te sientas tan atormentada como yo. HabÃa lujuria en sus ojos, y podrÃa haberse inclinado hacia ella y probarla. Un poco cansada. Sintiéndose desamparada, Ella abrió los ojos. Me caes bien. Ella no necesitaba dormir. -¿Me estás tomando el pelo? Quiero ver cómo te sienta el pecado. O ¿lo deseaba tanto como él a ella? ¿Qué tienes que hacer exactamente? Seguro que las autoridades están contentas de que se haya ido. Ella lo miró con ojos desencajados. Ella se apoyó sobre el lavabo, de cara al espejo. âNo puedes hablar en serio.â Ivan tenÃa una expresión pensativa en su rostro. ¿Estás aquà para asegurarte de que estoy bien o de que sé cuál es mi lugar?preguntó. -¿Cómo vas a ayudarme?- preguntó. Solo tenÃa que ser fuerte hasta entonces. -No puedo proporcionarle ese tipo de información. Apenas está establecido. Fue todo lo que pudo memorizar antes de que uno de los policÃas la agarrara del hombro y la empujara al suelo. -Los elegiste porque ya estaban corrompidos. Una morena. Junto al teléfono habÃa una nota. La suavidad de tu piel. âYo querÃa ser como tú. -Matvei, mantenme informado. Ella sintió un hormigueo de entusiasmo cuando la condujo por el pasillo hasta uno de los dormitorios. â¿En serio lo cree? Tal vez ahora más que nunca sabÃa que no deseaba llevar esa vida. -Estoy a falta de sueño. -Iba a matarte- balbuceó. -Lo has fastidiado todo, Ella- se susurró a sà misma. âNos vamos al gimnasio.â â¿Al gimnasio?â ParecÃa dispuesta a rebatir. -Sin escolta. -Seguro que ya lo ha olvidado- se dijo a sà misma, buscando otra goma para el pelo. Si enciendo ese interruptor de ahÃ, podrá ver cada centÃmetro de tu piel. Es tan relajante sacarse conejos que a veces aunque ni siquiera tengamos ganas lo hacemos casi como si fuera un tic. Maksim la rodeó con sus brazos. â¿Quieres?â La oyó tragar saliva. Trabajar para él y pagar su deuda con información. Era muy gratificante ver la expresión de muda sorpresa en su rostro. Siete pasos más. Es Rostilav o Valeria. -Eres un blanco- afirmó Dina con un tono de censura. Los hombres rieron. Se sentÃa como si estuviera huyendo. Los hombres no apuntaban a su padre, sino directamente a ella. -Lo sé.- Erik sacudió la cabeza y volvió a tomar su mano. -No me importa. Una risa histérica comenzó a formarse en su garganta. Te gusta decirle a la gente lo que siente cuando no quieres hablar de algo. He rechazado a Valeria esta mañana, pero parece que Yashin lleva dÃas husmeando en mi territorio. En aquellos momentos, estarÃa recorriendo la mansión y contemplando todos los sitios en los que tenÃa pensado tomarla. Inclinándose, Erik susurró algo en el oÃdo de la rubia, que sonrió socarronamente y se apartó de su camino. Su sonrisa era dubitativa y le miraba de forma extraña. Si Erik regresaba a casa, quedarÃa como un cobarde. Erik titubeó. ¿Qué va a pasar ahora? Erik contempló a Josh Turner y frunció el ceño. Nos pasamos todo el dÃa y la noche aquà sentados, ¿sabes?â Lo miró de reojo y se dio cuenta de que su expresión era compasiva. Su miembro estaba tan duro que sentÃa como si la piel fuera a abrirse. -No estoy preparada- exclamó. De hecho, todas las damas están abajo esperándolos. Ellos habÃan terminado. Su mirada reflejaba incertidumbre, y Erik se detuvo. Y puede que entonces hable.â âNo hay abogado para las putas de la Mafiya como tú!â exclamó Krupin en ruso. SeguÃa húmeda tras su primer orgasmo y su cuerpo estaba preparado para alcanzar el siguiente nivel enseguida. Ahora se sentÃa genial. ¡HAZ CLIC AQUà para recibir mi boletÃn informativo y llevarte libros gratis! Su tono de voz era bajo, pero ella percibió la advertencia. Pero primero, voy a hacer lo que no han sido lo bastante hombres para llevar a cabo. -Sà lo has hecho- le espetó ella. -Oh, Dios mÃo. -SÃ- dijo Erik, mirándole fijamente. No habÃa ninguna necesidad de que se convirtiera en el objetivo de una investigación policial falsa por su mal genio. Copyright 2016 Bella Rose, Leona Lee. -¿La seguridad de tus empleadas?- Repitió Yashin con expresión asombrada. Danil era un hombre menudo, relativamente joven y, a pesar de los años de servicio, todavÃa tÃmido. Tras depositar el vaso de whisky vacÃo sobre una mesa, Erik se cruzó de brazos. ¿Por qué me estás dando largas? Para mÃ, esa clase de dinero es calderilla. No cederé. -Tenemos un problema- dijo en voz baja. El corazón de Ella se aceleró en su pecho al volverse a mirarlo. âAcabo de dejarla inconsciente. No habÃa ninguna razón para recrearse en el lujo en el que vivÃa su hermana. No tuvo novio en la secundaria, pero en la universidad salió con este hombre.- En la pantalla apareció otra imagen y Erik frunció el ceño. -Hay cuatro dormitorios en la parte de atrás. Ver más entradas. Nadie la estaba vigilando, por lo que empezó a tirar de la cinta aislante. ¡Muévete! Maksim casi rio al verlo. No era justo. Sintiéndose estúpida, dejó la bolsa de patatas y se bajó de la cama. No querÃa llorar delante de Erik, por lo que giró rápidamente la cabeza y se puso a resolver problemas de matemáticas en su mente. Aunque la puerta del director estaba abierta, llamó. Están ahà para protegerme a mà y a todos los habitantes del edificio. Ni siquiera por el poco tiempo que me permites estar contigo- murmuró. -¿Por qué? âVe a la trastienda y déjame hablar con el señor Petrov. Dejó a un lado la flor que tenÃa en la mano y miró a Maksim, que lo observaba con el ceño fruncido. Ella parecÃa el tipo de mujer a la que le gustaba celebrar aniversarios todos los meses y disfrutar de románticos paseos por la playa. Todas las noches, Ella temÃa que su madre muriese antes de regresar. -Sr. Herman, quiero que sepa que me encanta este trabajo. Lo siento, nena. -No. Su capacidad auditiva ya no era tan buena como antes. -¿Cómo es que no tienes servicio de limpieza? Tomó su pecho y buscó el pezón con el pulgar. â¡Por supuesto que sÃ! Los nativos eran capaces de aguantar inviernos heladores sin apenas pestañear. -En medio de todas estas estúpidas antigüedades. A lo mejor hasta contrata a alguien para que me meta los dedos en el coño y haga que me corra porque soy tan estrecha que no puedo alegrarme de que mi hermana se haya acostado al fin con alguien después de cinco años de abstinencia.â â¡Nika!â Katrina no daba crédito a sus palabras. Seguro que hay una explicación razonable. Soy yo- gruñó él. Rodeando su silla, colocó las manos sobre sus hombros. -Tienes aspecto de estar aquà por alguien cercano. Se suponÃa que iba a ser nuestra luna de miel. En el bar, corrÃa el alcohol. Las decotaciones (Mal llamados "CONEJOS") Suelen desgastar las articulaciones. -No hay dinero ni poder en los sueños de la infancia- respondió él con voz sombrÃa. Tras abrir el mueble bar, se sirvió un trago de vodka. Hubo una larga pausa por parte de Ivan. -Admirable, Sr. Chesnovak. Yuri se mostraba reacio a hacer conjeturas y Maksim no podÃa culparlo por ello. Algo en su voz la hizo parar. Maksim apoyó una rodilla, sosteniendo su peso en las manos. Si habÃa una persona con la que no querÃa volver a hablar, era ella. -Esa es la clase de información que no necesito saber, pero demuestra emoción. -Americana- exclamó Valeria en tono mordaz. QuerÃa decir ¿sabes que es el dueño de un club? Se le hizo un nudo en la garganta al verle alejarse, pero se negó a llorar. âEs todo lo que tienes que saber. ¿Puedo salir del cuarto? -El océano- dijo, finalmente. -¿Tienes un taburete para llegar al ventilador?- Ella se inclinó y cogió el plumero. Le tiene que deber un enorme favor a Erik. -Mantén la calma, Ella- dijo con los dientes apretados, abriendo la puerta oculta. Después de la compresa de agua tibia, lo ideal es recibir un masaje en el cuello con pomadas analgésicas y antiinflamatorias como el Voltaren, por ejemplo, ya que ayudan a aliviar la inflamación y el dolor. Apenas lÃmites y nada de vergüenza. -No me interesa- exclamó él levantándose y alejándose de ella. No importaba. Llave en mano, se apresuró a visitar el nuevo local. â¿Pueden al menos llamar a emergencias para que vengan a ver a mi padre?â Aunque lo dijera, sabÃa que no lo harÃan. Tras apagar el monitor de seguridad, abrió la página web de sus chicas. Su polla se tensó contra los pantalones y le hizo falta toda la disciplina que poseÃa para no deslizar los labios por encima de su escote. Incapaz de hacer nada aparte de sonreÃr, no sentÃa el menor remordimiento. Puede que Yashin no tuviera palabra, pero no era de los que disparaban a un hombre por la espalda. Pellizcándose el puente de la nariz, se dio cuenta de algo. Sus chicos eran eficientes y trabajaban bien en equipo. â¡Hola!â dijo Nika animada. Poco a poco, apareció una casa palaciega. Aquel atractivo ruso dormÃa al otro lado. -Dime que tienes algo más que esto, Danil. Al menos sabÃa que el interior estaba bien, aunque un poco destartalado comparado con el resto de casas francas de los Petrov. Y luego⦠¡Madre mÃa! Ella ni siquiera se dio cuenta de que se estaba moviendo hasta que estuvo sobre la barra del bar con la pistola de Yashin apuntando a Valeria. -¿Sabes qué hace el Sr. Chesnovak para ganarse la vida?- preguntó en voz baja. Sus hombres iban a llevar a cabo una operación en su ausencia y Nika se mostraba indiferente a sus palabras. -Soy Erik Chesnovak, propietario de La OrquÃdea Negra. ¿Algo más? Hoy me gustarÃa que limpiaras los dormitorios de la segunda planta. Pero no querÃa. âPapá, ¿te hicieron daño esos policÃas?â preguntó Nika. -Lo siento, cielo. -Mañana te lo contaré en persona. ¿Crees que me he puesto dramático?â âMaksim, cálmate.â â¡Y un cuerno!â gritó. Espero que podamos mantener la paz. Antes de reunir el valor para ir a recuperarlos, se detuvo en el cuarto de baño y se refrescó el rostro con agua frÃa. -De acuerdo. Sintió las esposas métalicas frÃas y duras en la piel delicada de sus muñecas. â¡Maksim! -Lo primero que necesito es una pared divisora. Estaba disfrutando cada segundo de aquella noche. Lo único que echaba de menos de aquel sitio era la nómina. *** Estar en la comisarÃa no solo ponÃa nervioso a Maksim. Era hora de volver a casa. -Pensé que sólo lo habÃa pensado. ¿Su respuesta? Tras abrir la puerta del todo, entró en la garita. Aunque no importaba. Ella agarró la bolsa de patatas y se sentó en la cama. Cuando Ella abrió los ojos, todo estaba oscuro. HabÃa algo en su actitud sin concesiones que no podÃa evitar admirar. Ya tenÃan completa intimidad. Dinero suficiente para pagar la operación de mi madre y algo más. Tú me has demostrado que aún tengo capacidad de amar y preocuparme por la gente. -Siguiendo el protocolo, el donante se someterá a otras dos semanas de pruebas con un asesor independiente. -No querÃa que murieras. El resto del personal también se ha ido. CreÃa que ya estabas en el club. Un rápido giro de muñeca y la toalla caerÃa al suelo. ¿Alguien habla inglés? ¿Qué haces en San Diego? âUsa esto. -Yo también te amo, Erik, pero no es suficiente. outline: none; Nazarenas 695. Los depósitos para el restaurante, el banquete, el entretenimiento y el vestido no son nada baratos. -Esperaba verte hoy.- Se puso en pie. -¿Está Dina? Pero aparte de eso, todo va genial. âMaksim, ¿te has preguntado alguna vez cómo serÃa ser algo distinto al matón de Ivan?â Trató de mantener un tono neutro y pausado en su voz. -¿Qué demonios ha pasado?- Gruñó Erik mirando a Leonid. Recelosa, tomó el cheque y le dio la vuelta. -Se llama Josh Turner. -No es de cien mil al año- admitió Erik. Dos más dos es cuatro. -¿Me estás diciendo que has pagado una boda a la que aún no habÃa accedido? -Sólo firma tus cheques. -Parece que lo único que puedo hacer es pasta con salsa marinara. PodÃa sentir su expectación. Estaban más que interesados. Si no me atrevÃa a hacerlo, me encerraba en una habitación al volver a casa y me enseñaba cómo debÃa hacer las cosas.â Nika se se tapó la boca para ahogar un gemido. El cálido sol matutino acariciaba su rostro. Yo no soy como mi hermano.â Maksim gruñó varias palabras en ruso porque, por alguna razón, sabÃa que ponÃan nerviosos a los policÃas americanos. Seguramente, ni se acordarÃa. Sus habitantes eran perfectos para lo que necesitaba. Era halagador, pero lo cierto era que cuando todo eso terminara, ella volverÃa a la tienda de su padre y él a ayudar a Ivan. -¿Quieres que te diga si es mi prometida? -Esto no va a quedar asÃ- espetó, y salió a grandes zancadas del comedor. -El único que puede hacer eso eres tú. La fuerza de sus orgasmos era suficiente para hacer que su pene pidiera clemencia. Erik se relajó visiblemente. Quiero una respuesta ahora mismo. -Chesnovak, ¿verdad? -Eres muy amable, gracias. âMi niña rebelde. âMe alegro de que tú también lo pienses.â âEres cruel.â Puede que lo fuera. Maksim siguió un camino estrecho tras la barra. SabÃa leer el deseo en una mujer, y Ella parecÃa estar hambrienta. Reynolds, GarcÃa, Krupin y Volklov recibÃan dinero de los Tretiak. -¿Buenas noticia? -¿Tienes noticias de Erik? Apenas le dio tiempo a reaccionar antes de que GarcÃa le diera una bofetada en la boca. -SÃ, jefe. âHemos hablado mucho sobre el pasado, la tienda, su trabajo y lo que siente. Tú me has mostrado que puedo hacer realidad mis sueños. -Erik. -No hay problema- dijo Jimmy.- Lo puedo hacer en seis semanas. -No.- respondió la mujer con una cálida sonrisa. -Me gustaste- dijo él, finalmente. Si no encontraba otro sitio para esconderse, iba a ser blanco fácil para cualquiera que se asomara por encima o por un extremo. La miraba como si fuera la única mujer en la tierra. -¿Qué intentas hacerme, mujer? -Voy a morir en esta sala- murmuró ella, mirando a su alrededor. -Allá vamos- se susurró a sà misma. Empujó con su miembro hasta rozar lo más profundo de su interior. ¿Qué estudió ella? Era una habitación diminuta donde el calor era asfixiante. ¿Se referÃa al peligro o al hecho de haberse enamorado perdidamente de él? Con una expresión tan sorprendida como la suya, se enderezó y carraspeó. He dicho que muevas tu culo al coche ahora mismo. Su pulgar se deslizó por su clÃtoris y Ella se quedó sin aliento. En el Perú, y en algunos otros países, se denomina Sacar Conejos al hecho de producir un sonido en las articulaciones, provocándolo mediante flexiones, extensiones, aducciones y abducciones, de moderada intensidad; el cual se produce generalmente en las manos, dedos y cuello. -¿Me vas a pagar cuatrocientos mil dólares por limpiar tu casa durante un año? El dinero era demasiado importante como para abandonar ahora. Tú eres el que va a sentarse a una cafeterÃa para evitar afrontar la cruda realidad lo que implica ser un sicario. Ãl gritó de dolor y volvió a intentar atraparla, pero ella le apuntó con manos temblorosas. Esa no era la forma en que solÃa iniciar una confrontación. Soy su único hijo, pero tengo primos que pueden tomar el relevo. ¿Armarios empotrados? -¿Te vas sin comer?- El atractivo desconocido le cerró el paso entregándole un sándwich en un plato. âTenemos que descubrir a quién pagan los Tretiak en las fuerzas policiales de Hollywood. â¿Los chicos?â Maksim, con expresión hosca, se fue tras Ivan y ambos cerraron las puertas de lo que Nika asumió que serÃa un estudio. No habÃa aguantado todo aquello para que su madre muriese a manos de una rubia loca de bote. â¿Es eso lo que piensas?â Su angustia le resultaba extraña, sobre todo porque él habÃa sido el primero en confesar sus sentimientos. Ella sintió una opresión en la garganta. Ella sintió cómo le brotaban las lágrimas. Me preparó un baño de burbujas. -No- respondió Heather con voz ronca. âQue.Te.Jodan.â Sintiendo que estaba a punto de perder la paciencia por completo, Maksim se acercó y tomó en brazos a Doña Remilgada. No habÃa pensado que Dina fuera a ofenderse. ¿A quién querÃa engañar? La mafia rusa. Cuando la puerta se cerró tras ella, Valeria frunció el ceño. Si Heather Davis sobrevivÃa el tiempo suficiente para recibir otro hÃgado, la operación les iba a costar unos doscientos mil dólares. Su ego aumentó en proporciones bÃblicas. -Este será tu dormitorio. âSiento que mi trabajo implicara amenazas y acoso. -Sólo querÃa evitar que te quemaras. La intensa sensación recorrió sus piernas hasta llegar a sus dedos. Y ahora, date prisa. ParecÃa irle como anillo al dedo - frÃo y distante. â¿Qué clase de niñato malcriado es tu hermano?â murmuró Nika. HabÃan pasado tres meses. 4/5 Nuestro Mensaje / We'd just like to say... 14/19 Lower School 6 Convivencia escolar / Coexistance in Education 20/27 Elementary School 8 Nuestro Directorio / Our Board of Directors 28/35 Middle School. âPiensas que mi hermano es marica, ¿eh?â âObsérvalo de cuando en cuando y verás por qué,â replicó. Y eso puede ser peligroso. Por eso lo harÃa.â Nika rio y se puso de puntillas para besarle en los labios. -Erik- preguntó en voz baja -¿Está en peligro? Si me pides que me quede, lo haré. Entra, por favor- dijo Erik, cerrando la caja fuerte y metiéndose un sobre en el bolsillo. Una vez que fueran suyos, la ley no podrÃa tocarle y podrÃa mover tanta droga y dinero sucio como quisiera. -Maldita sea, Ella- dijo con voz ronca, aferrándose a su cuerpo de forma brusca y haciéndola girar. Entonces, si me quedo, ¿me garantizas que nadie me va a tocar? -He estado pensando en incorporarla al personal. Era ligera como una pluma y todo su enfado se desvaneció al sentir el tacto de su suave piel contra la suya. La mezcla de penetración y fricción la acercaba peligrosamente al abismo. Ãl alzó una ceja. âVamos a echar un vistazo a tu nidito de amor.â Katrina se quedó mirando a los hombres por encima del hombro, pero Nika se la llevó a rastras. Se te nota en la cara.â le espetó Maksim. ¿HabÃa cuerpos enterrados en aquel jardÃn? Cuando amaneció, Ella tenÃa el coño empapado. Ayer me visitó tu encantadora hija. Separó los labios y él sucumbió. ¿Veinte? ¿No podÃa regresar a casa? -Una loca te está apuntando con una pistola ¿y tú te molestas por cómo me gano la vida?preguntó él con un resoplido. Solo se llevaban dos años de diferencia y habÃan estado muy unidas desde que su madre falleció cuando eran pequeñas y jugaban en la tienda de su padre fingiendo ser floristas. -Sé que estás asustada, Ella. â¿Qué puta mosca te ha picado?â Le preguntó grosera. Incluso ver a tu madre tres veces a la semana. -¿Qué quieres de la vida, Erik? No te paga para curiosear. El bar estaba muy bien como cubierta, pero estaba atrapada. Maksim se puso en pie. -Te quiero, mamá. -Perdona. Lo más probable era que su padre ya supiera la respuesta a aquella pregunta. âHazlo ahora.â Sintió soltarse peligrosamente la correa que aguantaba su mal humor. Los Yashin decidieron joderme hacer mucho tiempo. Gracias por avisarme- musitó con voz áspera. Ya has oÃdo a la enfermera. La radio sonaba a bajo volumen. Sobre todo si se trataba de un hombre que le caÃa bien. â¿Cómo te va con Nika Sokolov?â La sonrisa de Mikhail sugerÃa que no veÃa probable que las cosas fueran bien entre ellos. -De acuerdo.- Ella levantó la cabeza, desafiante. Todas con generosas curvas y facultades que harÃan implorar misericordia a cualquier hombre. -Haz la maleta. La palabra le hizo reflexionar un momento. Al tener Nika las rodillas flexionadas, tenÃa acceso total a su delicioso coño. Obligándose a ponerse en marcha, salió del coche y bostezó. Se le rompió el labio inferior y el gusto a sangre invadió su boca. Tirando de las esquinas para estirar las arrugas, intentó no centrar su atención en el hecho de que el cuerpo de Erik habÃa estado allÃ. No me hagas esperar más, por favor.â Al oÃrla, no pudo contenerse. -Ella, tú puedes hacer algo mejor. -Gracias- murmuró. Asà que, ¿por qué no enterramos el hacha de guerra en un sitio que no sea la espalda del otro y salimos del maldito coche de una vez? Ãl habÃa sido quien habÃa aparecido en la tienda de su padre, rompiendo cosas y exigiendo dinero. -Erik- llamó. HabÃa cierta condición que debÃamos discutir primero. Caroline, la secretaria de su jefe, estaba de pie en la apertura de su cubÃculo. Bailaba y cantaba por todas las habitaciones, y Erik hubiera jurado que su sonrisa era genuina. â¿Tiene algo que objetar?â No hacÃa falta un abogado para darse cuenta de que Buchanan y el capitán pensaban en la posibilidad de que la mujer los demandara por detención y encarcelamiento ilegales después de haber sido maltratada por hombres de la comisarÃa. -Lo siento. La Amante Obstinada del Capo Por Bella Rose Todos los Derechos Reservados. Erik las observó con detenimiento. Sospechó que no. Apoyando la parte superior de su cuerpo sobre los codos, se meció delicadamente hacia delante y hacia atrás. Cogiendo una toalla del toallero, Erik comenzó a secarle. Erik se frotó los ojos. -Gracias. Entra, por favor- dijo en tono suave. Start here! âHola, Yuri.â La voz baja de Maksim era neutral y su lenguaje corporal, comedido. Avergonzada, Ella se sonrojó mientras se despojaba lentamente de su blusa. Atención: Tua Saúde es un espacio informativo, de divulgación y educación sobre temas relacionados con salud, nutrición y bienestar, no debiendo ser utilizado como sustituto al diagnóstico médico o tratamiento sin antes consultar a un profesional de salud. Más relajada, Ella bajo los brazos. Vestida con una camiseta sin mangas y unas seductoras bermudas, hizo que se pusiera duro de inmediato. La necesitaba. Exhaló, tratando de recuperar el control, y comenzó a penetrarla despacio. âVenga, sé buena mientras hablo con mi hermano.â â¿Yo?â Le dio un empujón. -Creo que una vez te dije que no iba a haber flores ni bombones esperándote. En la residencia de estudiantes no podÃamos cocinar, y querÃa que me llevara un hornillo eléctrico. Se oyeron unas airadas palabras en ruso. Oyó una maldición al otro lado de la puerta, antes de que ésta se abriera. -Soy una maleducada. Al deslizar los dedos por su vagina, fue recompensado con un gemido de placer. Haré que lo reparen de inmediato. ¿Para qué? Estoy muy contenta por la noticia. No es una decisión que se deba tomar a la ligera y, como bien sabes, ahora estoy ocupado expandiendo mi negocio. -¿Hay algún indicio de que la puerta haya sido forzada? Erik se aferró con fuerza al auricular, pero no discutió. -¿Te gusta destrozar a mujeres buenas?- preguntó. Nika tensó la espalda e inclinó las caderas, rozando su miembro contra el hueso de la pelvis, incluso al principio de la penetración. Quince pasos en lÃnea recta. Sus labios se separaron, y él intentó desesperadamente suprimir un gemido. Al menos, deberÃa escucharle. Rodeó con sus dedos la pequeña protuberancia, disfrutando de la sensibilidad que descubrió en ella. Sé que no lo merezco. Su chófer le llevó directamente a su casa. Pero su cuerpo se relajó y comenzó a respirar con regularidad. Fue asesinada en un tiroteo. Iba a ser una conversación muy interesante. Lo que sà debÃa admitir es que Nika Sokolov era terriblemente adorable cuando se enfadaba. Tampoco accederé a ninguna petición que lastime a mis mujeres. Luego tomamos el sol un rato y acabamos haciendo el amor en la playa o incluso en el agua.â Katrina dejó escapar un suspiro de felicidad. -Clientes, caballeros. -Es bonita, ¿verdad?- Preguntó Yashin, abriendo un mini bar y sacando una botella de whisky. Sintiendo cómo se le aceleraba el corazón, trató de contemplar su imagen en el espejo, pero cuando sus miradas se cruzaron, se le secó la boca. Nika se mofaba de su hermana por tratar de jugar a las casitas con el jefe de la familia Petrov. No sabÃa nada de ruso a excepción de "da" y vodka Stolichnaya, aunque ninguna de las dos cosas parecÃan útiles en aquel momento. Tomó un rodillo quita pelusas y se puso a trabajar en los cojines. Aquel familiar acento ruso la dejó helada. â¿No estás cansado de ser el perro de tu hermano?â La acusación provocó un breve estallido de ira, pero Maksim debÃa admitir que no le faltaba razón. El hombre respondió y, de repente, todos se pusieron a discutir. El dolor en el cuello puede ocurrir por mala postura, exceso de estrés o cansancio, por ejemplo, pero también puede indicar problemas más graves como una hernia de disco, osteomielitis o una infección, siendo importante en estos casos mantenerse atento a si surgen otros síntomas y acudir al médico para que realice el diagnóstico. ¡Ella!- Erik estaba junto a ella, sacudiéndola por los hombros. Se habÃa compinchado con uno de los hombres de Ivan para que lo arrestaran.â âPero Ivan ya se ha hecho cargo, ¿no?â Nika no podÃa creer que hubieran dejado escapar a ese miserable tras haber atentado contra su vida. En un instante, Erik estaba encima de ella, tras apartar flores y cajas de su camino. No sabÃa cuánto tiempo habÃa transcurrido cuando escuchó un golpe en la puerta del dormitorio. Katrina habÃa ido a la universidad, mientras que Nika se habÃa quedado estancada como aprendiz de florista, trabajando muchas horas por un sueldo miserable. Y que quiero las notas de la reunión del mes pasado. Se acabaron las amenazas, romper dedos y destrozar tiendas. O tal vez hubiesen acabado en casa de una persona desconocida. -Ella no es como tú- respondió él. Mi novio era rico y todos sus amigos también. La otra noche estuve en el club. Ella se dejó caer en una silla e intentó concentrarse en respirar. Quedaban cinco hombres. Tras sacar el móvil, envió dos mensajes de texto y salió a la calle. ParecÃa una casa común y corriente. Última actualización de la web: 10/01/2023. LlegarÃa un punto en el que todos empezarÃan a escucharlo. Cuando se despertó aquella mañana, estaba molesta porque Erik se habÃa escabullido del dormitorio. Erik resopló. âY es justamente lo que has hecho.â Comenzó a sonar un teléfono en algún lugar de la casa. Matvei y Leonid miraron a Erik, y éste asintió e hizo un gesto con la mano. CapÃtulo Ocho Nika abrió los ojos, aún somnolienta, pero segura de querer responder aquella llamada a su móvil.
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